La Riqueza es el Camino
Reflexiones a seis meses de la Tercera Edición de Wealth Mastery
Generalmente es fácil para mi hablar con un micrófono, pero hoy les voy a decir algo que sí me cuesta trabajo: fui a una escuela de niñas ricas, pero yo no era “rica” y por eso generé una relación tóxica con el dinero.
Con estas palabras me presenté en la Tercera Edición de Wealth Mastery.
¿Por qué mencioné que era difícil decirlo? ¿Por qué sería difícil admitir que tengo una relación tóxica con el dinero o que “no soy rica” –sea lo que eso signifique– frente a cincuenta desconocidos? Sería ridículo pensar que me avergonzaría por “no tener tanto dinero en comparación a otros”; tan ridículo como si Phil Knight, cuya riqueza asciende a más de cuarenta mil millones de dólares, se avergonzara ante Elon Musk, con más de 195 mil millones de dólares. Envidia, probablemente; vergüenza, definitivamente no.
Curiosamente, aunque me haya temblado un poco la voz, lejos de sentir vergüenza por “no ser rica”, me sentí libre tan solo por decirlo.
¿A caso soy la única que le da tanta importancia al dinero?
Ese primer día, de pronto me encontré inmersa –con toda la extensión de la palabra– en un grupo en el que había quienes gastan demasiado, o no gastan por miedo, o cuentan cada centavo, o ni siquiera quieren abrir su Excel porque sienten que van a perder la percepción de abundancia. Había quienes entienden el juego del dinero, pero luchan contra el alcoholismo, o contra el tabaquismo, o pelean por recuperar su matrimonio. Había jóvenes preguntándose lo que quieren de su vida para no dejarse llevar simplemente por la empresa familiar. Había hombres y mujeres en su crisis de los cuarentas, replanteándose su propósito de vida, dudando sobre su futuro. Habíamos seres humanos sin máscaras. Punto.
Y es que dinero no es lo mismo que riqueza. El dinero no existe, es solo una idea, un acuerdo social; pero la Riqueza sí, y es trascendental y multidimensional. La Riqueza existe, no es un “tabú”, no es un ideal inalcanzable. La Riqueza no necesariamente es proporcional al dinero, pero sí puede relacionarse con éste.
Tuve la enorme fortuna de coincidir con
hace unos años en Grupo Bursátil Mexicano (GBM). Diría yo que fue algo fortuito llegar a trabajar en una Casa de Bolsa: llevaba muchos años dedicándome al Diseño –no gráfico, sino de experiencia, de servicios– y con mi propia empresa. Pero fue mi relación tóxica con el dinero lo que me llevó a buscar un empleo: no me sentía merecedora ni suficiente para tener éxito económico por mi cuenta. Obviamente hace cinco años me contaba otra historia.Haber trabajado varios años en un lugar como GBM me enseñó que esas personas con quienes hace 30 años compartía salón escolar, y cuyos choferes llegaban en una Suburban por ellas, no valían por las cifras de su cuenta de inversión, sino por su constancia, su actitud de servicio, y otros valores que todo ser humano tiene o puede desarrollar con o sin dinero. Valores que yo tengo, con o sin dinero.
Es extremadamente importante cuidar el dinero y saber invertir, cosas que he estado aprendiendo los últimos años. Pero cuando me propuse ir a Wealth Mastery no lo hice pensando en añadir más conocimientos sobre herramientas o frameworks para invertir. En realidad mi voluntad por vivir esa experiencia poco tenía que ver con mi planeación financiera. La verdad es que mi mente consciente no sabía para qué iba, pero mi intuición sí: en el fondo quería empezar a sanar mi relación con el dinero porque ese era el primer paso para sanar muchas cosas más.
Llevo seis meses repensando la Riqueza y reconciliándome con el dinero gracias a que mi muy estimado Javier creó este espacio lleno de información valiosa, datos interesantes, hallazgos, frameworks –de desarrollo personal, creación de Riqueza 360 e inversiones–, meditaciones, respiraciones, hielos, salud, y, sobre todo, apertura para desenmascarar los más profundos tabúes al rededor no solo del dinero, sino también de la vida. Un ambiente en el que todos empezamos a comprender que nuestros miedos, preocupaciones e incluso adicciones son solo máscaras.
Hoy, a seis meses de distancia, te comparto cinco reflexiones que tengo en torno a la Riqueza:
Invertir es un acto de amor propio. No es un juego de millonarios ni de financieros. Hoy en día hay muchas herramientas para que cualquier persona pueda hacerlo de manera sencilla y segura. Pero más allá de eso, invertir no es nada más abrir una app y transferir una cantidad a una cuenta de inversión. Invertir es constancia, es disciplina. Invertir es saber reconocer lo que realmente necesitamos en el presente, lo que realmente nos agrega valor, nos da Riqueza. El resto se lo dejamos a nuestro futuro y el interés compuesto trabaja a nuestro favor.
La Riqueza real es un ejercicio de ser fiel a uno mismo, y eso no es fácil. Los expertos en inversiones dicen, entre muchas otras cosas, que la única manera realista de crear riqueza económica es a través de las inversiones gracias al interés compuesto, el cual multiplica el valor de los activos a lo largo de los años. Pero hablando de Riqueza, más allá de la económica, invertir en nosotros mismos es aprender, fomentar relaciones de valor, CONOCERNOS, y todas esas cosas que si hoy hacemos se multiplican en nuestra calidad de vida a futuro. Sin embargo, regresando a la riqueza económica, al dinero, solo conociéndonos podemos realmente entender para qué la queremos hoy y en el futuro: en qué nos agrega valor real a NOSOTROS, no al ego, no al estatus. El reto de todos, hayamos nacido en cuna de oro o en la pobreza es el mismo: ser auténticos, ser fieles a nosotros mismos. No se puede ganar el juego del dinero sin autoconocimiento, y el autoconocimiento es un trabajo de toda la vida: descubrir quiénes somos y mantenernos fieles a nosotros mismos. Estoy segura de que muchos millonarios mueren pensando que desperdiciaron su vida: esos que sólo crearon riqueza económica y descuidaron lo demás. Pero también estoy segura de que muchos mueren en números rojos pensando que también desperdiciaron su vida: esos que se endeudaron por estatus o que no pudieron reconocer la Riqueza que sí tenían por ver hacia afuera en lugar de hacia adentro.
El dinero no es un “premio” por un sacrificio; son solo fichas de cambio para gestionar nuestro tiempo. Si estamos SÓLO enfocados en crear mucha riqueza económica en forma de dinero en efectivo, otros activos, inversiones financieras, etc, podemos caer en nuestra propia trampa y entregar todo nuestro tiempo a eso. Si, por el contrario, entendemos que esa riqueza económica es un medio para vivir la vida que queremos, el enfoque estará en generarla cuidando en paralelo nuestro presente, nuestro tiempo, el tipo de experiencias que queremos vivir HOY: pasar tiempo en familia, viajar, tener un trabajo energizante, cuidar nuestro cuerpo, o cualquier otra cosa que cada uno valore. Por eso, ganar dinero no es lo mismo que crear Riqueza. Se puede ganar dinero creando Riqueza, pero no se puede crear Riqueza solo ganando dinero.
El TRABAJO no es un “mal” ni un sacrificio, es parte fundamental de la Riqueza… y de la LIBERTAD. “Trabajo” visto más allá de lo que hacemos para ganar dinero: como control de nuestra vida, no solo de nuestros números –aunque también de ellos–. La Riqueza, así como la felicidad, tienen una condición intrínseca: nosotros somos quienes tenemos el control sobre éstas, y tener el control no es fácil; es TRABAJO. Tener el control puede ser incluso doloroso. Es como cuando un nadador olímpico gana una medalla de oro: seguro dolieron sus músculos, pero la ganancia de la victoria es incomparable contra el costo del dolor. Y aunque parezca paradójico, la libertad no es lo contrario a control. El control da libertad, porque la libertad es no atarte a lo que te pasa, es no ser esclavo de tus circunstancias. Libertad es controlar tu vida. Eso requiere trabajo en uno mismo, pero esa es la inversión con mejores retornos.
“Masterear” la Riqueza te permite expandirla más allá de ti, y es un camino que se transita más fácil acompañado. Y aquí cito lo que escribí ese fin de semana inmersivo: “Wealth Mastery". ¡Qué título! Creí que era solo una idea marketera de mi querido @javiermorodo, pero hoy entiendo como nunca las palabras "Riqueza" y "Maestría". La Riqueza como el ejercicio de ser fiel a mi misma y a mi propia familia acerca de lo que queremos en la vida. Un ejercicio que nunca debe acabar y que, además, no es un objetivo de "equis" plazo, sino un estilo de vida desde el presente. Y la Maestría... lo más valioso de la maestría no es solo volverme súper capaz de algo. Lo más valioso es que te da la posibilidad de transferir sabiduría y eso es la mejor forma de contribuir. Contribución que va a enriquecer en todo sentido en primer lugar A MI HIJA. Contribución que hace que la maestría se vuelva riqueza para uno y para los demás, y que la riqueza se convierta en maestría. Un círculo virtuoso que será interesante explorar y vivir.” Y hoy agregaría: contribución que puede iniciar en un grupo de cincuenta personas y multiplicarse a muchas más por el simple hecho de que esa tribu dijo en alto compromisos que tocarán miles de vidas. Aunque no se volvieran a cruzar en el camino –lo cual no es así– esas cincuenta personas tienen más Trabajo que antes de Febrero 2024: Trabajo que está creando y seguirá creando Riqueza.
[Esto no fue un spoiler. Debo aclarar que todas estas reflexiones son mi propia interpretación de lo visto y conversado en Wealth Mastery y que, además, han evolucionado desde entonces.]
Así que “masterear” la vida es de lo que se trató para mi ese fin de semana. “Masterear” la vida es crear Riqueza, es Trabajo, mas no sacrificio. Es entender que se puede crear riqueza económica, dinero, de forma pasiva pero también de forma activa dedicando horas a crear valor para otros, de servir. Es entender que la creación de riqueza económica es necesaria, mas no suficiente.
“Masterear” mi vida es conocerme, es ser fiel a mi misma, es vivirme y vivir a quienes amo, haciendo lo que amo. Es crear dinero con trabajo, pero con servicio y creatividad; es crear dinero disfrutándome, y respetar su uso en el presente tanto como respeto mi tiempo de hoy y del futuro. Es crear dinero para tener seguridad, pero también para vivir experiencias, poder contribuir más, tener libertad. Es crear dinero sin descuidar lo demás. “Masterear” mi vida es crear.
La Riqueza no es una meta. La Riqueza real es crear caminos hacia esa meta y caminarlos con los ojos abiertos. La Riqueza es el Camino.
Y es por eso que aquel fin de semana entendí que hoy soy más rica que nunca: tengo casi cuarenta años caminando, creando la vida que quiero. Construí la familia que ni siquiera soñé. Tengo un cuerpo que me llevó a las montañas, a cimas increíbles y que al mismo tiempo fue capaz de crear un ser humano. Tuve el valor de decidir POR MI dejar la vida corporativa y atreverme a creer que al final sí puedo tener éxito económico a mi manera, pero no sola: con apoyo de mi pareja, de mis amigos, pero sobre todo desde una productividad consciente en la que pueda reconocer a los demás y cómo les puedo servir.
La Riqueza es el Camino. Y el Camino que se disfruta es Riqueza.
Gracias Javier y a todos lo que estuvieron ese fin de semana por ser espejo. Gracias por seguir siéndolo.
Gracias a mi hija, por ser hoy lo que más enriquece mi vida.
Algunas notas adicionales
Wealth Mastery es una experiencia inmersiva en la que se habla no sólo de inversiones y creación de riqueza económica, sino también de Riqueza 360: psicológica, de salud, de conocimiento y de ejecución. Todo esto a través de pláticas y experiencias vivenciales. Yo creo mucho en este tipo de cosas y esta experiencia en verdad me movió el tapete. Si te interesa, puedo contarte detalles si me escribes por Instagram en @soyanacrisotero y te puedo compartir un link para que te hagan descuento.
Uno de mis compromisos sobre Riqueza aquel fin de semana fue el de crear contenido para expandir mi poder creativo y encontrar formas de crear riqueza económica a través de este. De ahí nació Viernes sin Máscaras, pero lo que es aún más importante, de ahí están naciendo proyectos que ayudarán tanto a empresas como a personas a crear riqueza “activa” en un estado de flow o de bienestar. Estaré anunciándolo en mi Instagram y LinkedIn.
Ayudaré a empresas en partnership con Anker Bioss, cuyo modelo me conquistó por su profundidad y, sobre todo, por la posibilidad que da a los líderes de conocerse y “alistar” a sus empresas para llegar al siguiente nivel a través de las personas.
Tengo dos certificaciones –en coaching ontológico y en el modelo BIOSS que tuvo sus orígenes teóricos en la Universidad de Brunel hace varias décadas– que hoy me permiten ayudar a personas a través del autoconocimiento para que puedan encontrar ese estado de flow sin tomar decisiones radicales de manera precipitada. Creo fuertemente en que la creación de riqueza económica activa no tiene por qué ser un sacrificio. Todos pueden encontrar flow o bienestar en su trabajo o replantear su camino en cualquier momento. Si necesitas hablar de esto envíame un mensaje directo a través de Instagram.
Creo que es lo más completo que he leído acerca de la riqueza verdadera, sobre todo lo que hablas del trabajo y dejar de verlo con esa visión de sacrificio. Definitivamente escoger verlo como una oportunidad de creación es totalmente transformador
Inspirador, muchas gracias.